El agua que consume la ciudad de Cañar recibe un riguroso tratamiento de purificación y análisis físico, químico y bacteriológico, en la plata de tratamiento ubicada en la comunidad de La Capilla, zona alta de la ciudad.

Luego de recorrer 18 kilómetros desde las fuentes ubicados en los páramos de  Patococha, 50 litros de agua llega de manera permanente al tanque de entrada; aquí inicia el proceso de purificación. En primer lugar, todo el caudal debe cruzar por las celdas de floculación donde, con la acción de elementos químicos,  las partículas que viene con el agua se acumulan para ser evacuadas en la siguiente cámara.

En la cámara de sedimentación el agua adquiere transparencia ya que las partículas orgánicas acumuladas caen al fondo y son retiradas. El siguiente proceso es el de filtración donde el agua debe pasar por un lecho filtrante de arena, graba y andesita.

Finalmente el agua pasará a la cámara de cloración, aquí recibirá las dosis adecuadas de cloro gas con lo que se garantiza la pureza del agua, desde aquí recorrerá hacia los tanques de reserva para finalmente ser distribuida a la ciudad.

Gladis Muñoz, Analista de saneamiento indica que la planta cuenta con un laboratorio que monitorea permanentemente la calidad del agua cruda y tratada. Diariamente se monitorea parámetros como Ph, color, determinación de cloro residual, turbiedad, conductividad, sólidos totales, control de caudal, sulfatos y polímeros, presencia de bacterias, entre otros.

“Nuestra misión es garantizar la calidad del agua de consumo que ingresa a los domicilios de la ciudadanía; por lo que a diario hacemos los análisis necesarios tanto al agua que llega, al agua tratada y el agua que llega a los hogares del los ciudadanos” explicó Muñoz.

Con todos estos controles el Municipio entrega diariamente una agua segura, limpia y purificada, garantizando así la salud de las 4.648 familias que habitan la ciudad de Cañar.