Para el memorable periódico “El Carácter”
Autor: Eduardo Crespo Román
Nela Martínez Espinoza
Los Guandos. Una novela escrita a “dos manos y en tiempos diferentes”
Admitimos que es posible una lectura de aproximación a la novela Los Guandos (Editorial El Conejo1982) escrita “a dos manos y en tiempos diferentes “por Joaquín Gallegos Lara (Guayaquil 1909.1947) y la cañareja Nela Martínez Espinoza (Cañar 1912. La Habana 2004) , si entendemos que a esa atadura para escribirla, les precedió una intensa relación humana y afectiva, además de la similitud de la visión política e ideológica que tuvieron en defensa de la clase obrera , así como sobre la realidad de desencuentros e inequidades del Ecuador del Siglo XX; que no obstante la “independencia” del colonialismo europeo del 24 de Mayo de 1822, del declarado republicanismo constituyente de 1830 y de la Revolución Liberal del “tayta Aljuaro” de 1895, continuará marchando sobre viciadas estructuras feudales agrarias de poder y de servilismo del indio, tratados con anterioridad, en nuestra literatura indigenista, por Jorge Icaza, en la novela Huasipungo (1934).
Aquello de la escritura de Los Guandos a “ dos manos y en tiempos diferentes”, está referido en el libro: Yo siempre he sido Nela Martínez Espinosa (1) ; y esto, porque su primera parte -breve- , corresponde a la técnica narrativa y lucidez de Joaquín Gallegos Lara, integrante del “Grupo de Guayaquil “ ; y la otra, definitoria y que la concluye NME en 1982, que no debe señalarsele como complementaria, sino singularmente concurrente con textos atravesados por unas mismas luces narrativas y de un conmovedor lirismo y leguaje poético, que es característico de la autora cañareja, con el que aborda, los universos interiores, humanos e históricos del indio , en destino de legitimidad histórica y denuncia, sobre la epopeya y el servilismo del infamante guando; esto es, el transporte en andas y en los lomos de los indios de Cañar y Azuay, de pesadísimas cargas por páramos insufribles y caminos de herradura , desde lugares distantes , como Naranjal y las bodegas de Huigra hasta los pueblos de la serranía y Cuenca
El asunto y el núcleo narrativo de la novela, es el guando hacia Cuenca “… de la hidroeléctrica -que-. Hace casi dos años que está en Huigra. Son dos cajones enormes. El cabezote de la dínamo es una sola pieza. Los del municipio si deciden pueden dar alguna plata. Haciéndolo traer por los indios de las haciendas no hai qué hacer…” – fragmento del texto-; para lo que se requerirá la búsqueda de” naturales” para guandear. ¿Un contrato de trabajo para guandear? No. La forma de servilismo se da por la imposición del enganche y sin que medie la voluntad de los guanderos, comprometidos, de hecho, por la “plata” insignificante y mezquina que se “riega” en sus humildes hogares; de ahí que en el texto, se advierta: “ –Nu hi de cujer, amitu…/ Nu pudindu ir… “; y también :! ¡Carajo! ¡Aquí queda la plata! ¡Malditos runas!!Queriendo hacerse los filáticos porque se les viene a ver! ¡Aquí queda la plata!
Esto de haber sido escrita a ‘a dos manos y en tiempos diferentes ‘, una de las más importantes novelas de la literatura ecuatoriana, como es la de Los Guandos, tiene también evidencia, por la carta que le enviara Joaquín Galleros Lara a Nela Martínez, inserta en el texto de la novela: “Nela: allí va todo lo que hay escrito de ‘Los guandos’. Está en un caótico desorden. Será preciso que lo arregles, además de que lo corrijas. Ignoro hasta qué punto tenga algún valor todo esto” ; y como si se instalara un diálogo entre sus espíritus de proximidades y soldados por el afecto y, no obstante la distancia que impone el tiempo y las sombras de la muerte de Gallegos Lara (1947) y el hecho de que estuvieran “… perdidos durante cuatro décadas, los originales …” de la primera parte de la novela, escritos por JGL en 1935, NME, confesará, en su biografía: ” Impaciente como era , Joaquín traza parte de la historia, inmediatamente después de que yo le contara lo que conocía acerca de esta época de muchedumbre anónima”; consignando, además : “Se produce pues, por las circunstancias, una especie de transubstanciación en dos tiempos. Aquel del comienzo de esta novela, cuando Joaquín la escribe y me la entrega. Y este otro tiempo, con tempestuoso lapso de por medio, cuando intento continuarla, darle su salida en lógico desenlace final “.
En la novela, ¿Cuántos “guanderos”? Los necesarios para transportar la enorme dínamo desde la estación de Huigra a Cuenca. ¿Quiénes son? El texto de la novela, avisa:” Son los cabecillas, los más fuertes (…) avezados a las duras faenas de los guandos desde los abuelos que amarrados y a chicotazo limpio fueron domados para el transporte de –a lomo de indio- por toda la Sierra ecuatoriana”
(1) Yo siempre he sido Nela Martínez Espinosa CONAMU-UNIFEM Quito, 2006 (tuv)