Un martes 24 de junio de 1958 Cañar fue testigo de un milagro eucarístico ocurrido en la capilla de San Antonio, en este día Jesucristo se mostró a los fieles de diversas maneras especialmente con la imagen de la Santa Faz, en figura de Corazón de Jesús.

En este marco, se desarrollaron varios eventos religiosos en memoria de César Manuel Andrade Ochoa, sacerdote y vicario de Cañar, quien presenció al Sagrado Corazón de Jesús en la Hostia Consagrada hace 65 años lo que hoy se llama el “Milagro Eucarístico” en nuestro cantón.

En la liturgia, presidida por monseñor Marcos Pérez Caicedo, se realizó la exhumación de los restos del sacerdote cuencano que será llevado a Cañar para su inhumación. “Esto nos ayuda a pensar más en nuestra fe, a robustecer nuestra confianza en Dios, presente de manera especial en la eucaristía”, explicó.

Luego de esto los restos del sacerdote fueron trasladados hacia la ciudad de Cañar, dónde decenas de feligreses caminaron en procesión por las calles céntricas de la ciudad hasta llegar a la Iglesia Matriz dónde se rindió un homenaje junto a sus familiares y ciudadanía.

Posteriormente las autoridades cantonales y ciudadanía se dirigieron a la Capilla San Antonio para celebrar la eucaristía y inhumación. El alcalde Segundo Yugsi agradeció a sus familiares y personal de la iglesia por permitir que sus restos regresen a la capilla de San Antonio donde se registró el milagro.

El Concejo Municipal rindió un justo y merecido homenaje Post-Mortem al “Dr. César Andrade Ochoa”, destacado personaje y valioso que contribuyó  desde su servicio como sacerdote y aún más cuando fue testigo del milagro acontecido en la Colina Eucarística del cantón Cañar.